Se encuentra en el lugar que ocupaba la antigua mezquita mayor de la ciudad de Madina Mayurka, mezquita que fue purificada y usada como iglesia durante los primeros decenios tras la conquista cristiana del año 1229.
Según una leyenda, el Rey Jaime I "El Conquistador" habría hecho la promesa a la Virgen María que si conseguía conquistar la Isla que estaba en manos de los Árabes, edificaría un gran templo en su honor. Jaime I nunca pudo empezar dicha empresa y fue su hijo menor también llamado Jaime, el primer Rey de la Dinastía privativa de Mallorca el que en el año 1306 dio las primeras donaciones para la construcción del templo que tenía que ser el lugar de enterramiento para los miembros de su dinastía. Así a principios del siglo XIV, se inicia la construcción del templo que se alargará durante unos trescientos años hasta la bendición del Portal Mayor renacentista, ya a principios del siglo XVII.
De los exteriores destaca el Portal Mayor de estilo Manierista, obra de un escultor llamado Antoni Verger y dedicado a la Inmaculada Concepción actuando como claro ejemplo del programa iconográfico de la contrareforma. El Portal del Mirador, en la fachada sur mirando hacia el mar, es el más rico de los tres portales del templo con su conjunto escultórico del siglo XIV en el que destaca la imagen de la "Virgen del Mirador" de Guillem Sagrera (Actualmente una copia sustituye a la original que se encuentra en el Museo Catedralicio) y el bajorelieve sobre el portal representando la última cena. El tercer portal de la Catedral es el llamado de la "Almoina" (limosna), junto a la "Casa de la Almoina" que era una institución catedralicia que daba alimento a los necesitados.
En el interior destaca la altura de 42m. de la nave central que le hace ser la segunda nave gótica más alta del mundo sólo superada por la de la Catedral de Milán. Las capillas laterales entre contrafuertes tienen una importante colección de retablos de distintos estilos desde el Renacimiento al Neoclásico y al arte más moderno sin olvidar la importante impronta que dejó el Barroco en este templo.
Las reforma de Gaudí de principios del siglo XX reordenando el interior del templo y añadiendo parte de la decoración, así como los elementos de la iluminación eléctrica, junto con la intervención de Miquel Barceló, le dan un toque de "Catedral viva" en la que se ha dado cabida a los distintos estilos artísticos que se han sucedido a lo largo de la historia.
